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Las sopas son deliciosas, reconfortantes y versátiles, por eso acá compartimos las mejores recetas
Las sopas son deliciosas y, muchas veces, parecen mágicas para ayudarnos a sentir mejor si estamos enfermos, en especial las que prepara mamá o la abuela. Pero esta no es la única razón para cocinarla, también son deliciosas como entrada para un almuerzo o, incluso, ser grandes protagonistas con el plato fuerte.
En Recetas Nestlé® nos encantan las sopas, tanto frías como calientes, para días lluviosos o más cálidos. Al final, una sopa deliciosa nunca viene mal. Sin embargo, a veces nos pasamos con un ingrediente y puede quedar muy fuerte. Existen algunas recomendaciones y unos cuantos trucos que son muy útiles para lograr el mejor resultado.
Aunque es estupenda para resaltar los sabores, si añadimos demasiada sal terminamos con una sopa que únicamente va a causar rechazo. La buena noticia es que es que acá tenemos dos soluciones que, además, son bastante sencillas.
Seguramente todos hemos probado sopas malas, buenas y maravillosas. Las mejores, las que están llenas de sabor y entregan una sensación reconfortante, se suelen preparar con un caldo, que puede ser de verduras, pescado (se hace con las espinas), pollo (se usan los huesos) o carne (también involucra los huesos). Usar una de estas opciones como base puede hacer toda la diferencia.
A medida que avanza la preparación de la sopa, muchas veces se forma una capa de espuma o grasa en la que quedan las impurezas de los ingredientes que usamos. Es mejor sacarlas usando una espumadera para que el plato quede más limpio, así no solo sabe más rico, sino que también luce más atractivo
Las sopas son líquidas, por eso se toman con cuchara, pero sus ingredientes no solo aportan sabores o colores. También vale la pena pensar en las texturas, pues esto hace más profundo e interesante a los platos. Por ejemplo, los crotones son crujientes, mientras que el aguacate es suave y el queso se puede derretir y ser elástico.
