Batido sabor a durazno

La mezcla de diferentes frutas con agua y/o leche es muy rica, pero a veces queda demasiado líquida cuando el objetivo era hacer una preparación cremosa. Para lograrlo vale la pena acudir a algunos lácteos que sean un poco más espesos y que ayuden a aportar esa consistencia.  

Por un lado, tenemos a la crema para batir, estupenda para cumplir este papel, al igual que el yogurt griego. Incluso, un poco de leche condensada también aporta en este aspecto, pero debido a su sabor dulce que es fuerte, puede esconder otras sensaciones, así que es mejor usarla en pequeñas cantidades.

Los grandes protagonistas de los licuados son las frutas, así que también vale la pena sacarles provecho en la decoración. Una buena idea es crear juegos de colores. Por ejemplo, si es de color blanco o amarillo, unos trozos de fresa en el borde del vaso quedan muy bien y, además, los podemos comer.  

Otra opción es, al final, espolvorear algunas semillas de chía o chan, que le entregan una nueva cualidad no solamente en términos de decoración, sino que entregan textura. También se pueden agregar antes de licuar si queremos un licuado más espeso.

Es muy importante que la jarra o la botella donde se guarde el licuado esté completamente limpia, así se evita que cualquier bacteria de un alimento anterior afecte la bebida. También vale la pena usar recipientes herméticos que no permitan la entrada del aire, lo cual oxida las frutas y afecta el sabor. Para evitar esto es recomendable añadir un poco de jugo de limón.